lunes, 26 de noviembre de 2007

Ratha Yatra

Ritual

Baile, música y alabanzas


















miércoles, 14 de noviembre de 2007

Deseo


Deseo: del latín, desidĭum.
Acción y efecto de desear.
Objeto de deseo.
Impulso, excitación venérea.
Anhelarlo con vehemencia.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Luis Poirot de la Torre



Luis Poirtor de la Torre


El fotógrafo chileno nació el 13 de diciembre de 1940. Entró a estudiar la carrera de Actuación y Dirección Teatral en 1959 en la Universidad de Chile, viviendo sus años universitarios en una época en que el arte estaba en su esplendor. En sus primeros pasos como actor participó en algunas obras, pero luego se decidió por la dirección teatral. En el año 1963 gana una beca otorgada por la embajada de Francia para estudiar Dirección de Televisión, por lo que a corta edad se va a Paris. Gracias a este viaje comienza la pasión de Poirot por la fotografía, cuando le saca una foto a su entonces pareja, la actriz Carla Christi. “Le pedí a un amigo que me prestara su cámara, sin contarle para qué era y que me explicara cómo funcionaba. Una tarde, Carla y yo fuimos a un parque y le saqué una foto. La revelé sin que nadie supiera. Ya que no podía llevarme a la persona, entonces me llevaría su retrato", cuenta Luis Poirot a la Revista Fotografías en 1997.
En 1964 regresa a Chile, trabajando como fotógrafo para la reconocida compañía de teatro Ictus y para la Editorial Zig-Zag, realizando portadas de libros y revistas. Desde el año 1969 ejerció como profesor de fotografía en la Universidad Católica de Chile, pero luego tuvo que volver a Europa. Entre 1973 y 1975 regresa a París donde estudia y trabaja en televisión y revistas. Entre estos años también tiene la oportunidad de conocer al famoso fotógrafo francés Cartier Bresson. A fines de 1975 las maletas de dirigen a Barcelona, donde vivió hasta 1985 dictando varios seminarios, colaborando en el diario El País y fotografiando algunas películas francesas, españolas y chilenas. Con el término de la dictadura regresa a Chile, trabaja como profesor de la Universidad Católica y sigue con sus proyectos independientes. Su última estadía en el extranjero terminó en el año 2005, después de vivir por cinco años como agregado cultural en Bélgica.
Los trabajos de Poirot son principalmente retratos en blanco y negro. Algunos de los más destacados fueron tomados a importantes artistas del país como Pablo Neruda, Víctor Jara y Nicanor Parra. Según el fotógrafo los juegos de luz, ángulos y perspectivas con que se toma cada foto son un aspecto fundamental para el contenido expresivo de las imágenes. Además ha hecho una serie de fotografías patrimoniales, como su publicación “14 Iglesias de Santiago” del año 2000 y “Puentes de Chile” del año 1997.
Para Poirot el arte de fotografiar le provoca en primera instancia una conexión con sus emociones más profundas, produciendo una potencial imagen que luego lleva al papel. También ha rescatado por medio de su fotografía a personas y lugares comunes, para así plasmar parte de la identidad chilena. El retrato y la fotografía en general para este destacado artista del siglo XX, constituyen una medida para frenar el olvido.

Algunos de los premios que ha recibido son:
1968 y 1970: Nikon International Contest.
1975: fue premiado en el Festival de Cine Thonou-les Bainz de Francia, por sus fotografías en la película "Los Transplantados".
1984 y 1985: distinción en el concurso Foto- Press España, en el área Premio Retrato de Prensa y Fotografía Política.
1994: Premio Ansel Adams del Instituto Chileno Norteamericano de Cultura, por reconocimiento a su trayectoria.

Algunas obras destacadas:
2006: Publicación, “Tabla Raza”
2005 – 2006: "Cuaderno de Bitácora" Exposición Itinerante por Chile (Concepción, Talca, La Serena, Temuco, Viña del mar, Rancagua, etc.).
2000: Corporación Cultural de Las Condes (Chile), “Cien Años de Artes Plásticas” Museo Nacional de Bellas Artes (Chile), Galería del Banco Bilbao de Barcelona (España).
1997: retrospectiva “Ropa Tendida”, obras realizadas desde 1964 y expuestas en el Museo Nacional de Bellas Artes.
1991: Libro, "Allende, se abren las Alamedas"
1995: Libro, "Neruda, retratar la ausencia"
1996: Libro,"El amor de Chile" (1996).

Pablo Neruda: Retratar la Ausencia

1969

"Neruda era un seductor y cazador de almas. Pablo es una de las personas más interesantes, más apasionantes que he conocido. Sabía cautivar al interlocutor y además era buen amigo y trataba de ayudar a la gente. A mí trató de ayudarme más de cuarenta veces, pero yo era díscolo y no le dejaba que me ayudara, porque no quería sentirme comprometido con él."

Comentario de Luis Poirot en su publicación "Pablo Neruda: Retratar la Ausencia"

miércoles, 31 de octubre de 2007

Autorretrato Photoshop

Herramientas utilizadas:
Recortar (elementos externos, como la misma foto para poder aplicar los otros)
Herramientas de laboratorio (saturación, brillo, curvas y contraste)
Vectorización (conejo)
Selección (lazo, marco e invertir selección)
Cambio de color (a blanco y negro)
Herramienta de "dedo" (para suavizar contorno de pelo)
Rotación de imagen (en el caso del fondo de la parte de blanco y negro)
Utilización de capas y propiedades de estas (ej: sombra del reloj, transparencia de la regla, etc)

jueves, 18 de octubre de 2007

Un oasis en el gigante gris...simple utopía

El Hospital de Carabineros (HOSCAR) queda en la comuna de Ñuñoa. Es una gran construcción grisácea de un estilo tosco e imponente. La sala de emergencias, que queda en el subterráneo del recinto, atiende a unas 600 personas en los días más críticos. No hay descanso. Sólo los fines de semana hay tiempo libre para escuchar música o compartir con los compañeros.

Espacio de contradicciones. Los médicos, enfermeras y asistentes a pesar de su rol protagónico en salvar vidas, lucen como apariciones fantasmagóricas en su fugaz correr por los pasillos. Se vive un ambiente lúgubre, pequeñas ventanas y luces mortecinas lo acentúan.




No hay tiempo para preocuparse por lo que los rodea. Llega la ambulancia, suena una alarma anunciándola. Por otro lado, un familiar preocupado pregunta a una enfermera en la puerta de la sala de emergencias. El paciente entra a la sala de observación y se decide enviarlo a cirugía.




El frenesí del subterráneo parece detenerse por un segundo, el sector de pabellones (un par de pisos más arriba) es otro mundo. Silencio, cautela, concentración en un principio.







La extracción del apéndice va bien, uno de los integrantes del equipo de operación decide amenizar con un poco de música. Las enfermeras realizan las últimas anotaciones finalizada la cirugía. Mientras, uno de los asistentes limpia la sala.







Respiran… ya llevan más de un día de turno. Las enfermeras se reúnen en una de las únicas salas iluminadas naturalmente. Ven televisión, conversan, comen un poco...




...hasta que una nueva llamada de la sala de emergencias las lleva a los oscuros pasillos otra vez.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Autorretrato



Desde chica que fui muy apegada a las reglas. No creo haber hecho alguna travesura grave, además de esconderme una vez que dije una grosería a los 6 años. Tenía miedo que me castigaran…y creo que aún no se me quita. Mi educación siempre fue muy estricta, exigente. En el colegio jamás dejé de leerme un libro, de hacer una tarea. Incluso le pedía permiso a mi papá por teléfono para prender el televisor cuando estaba sola. ¿Exagerada, mamona, perna? Tal vez. Todo esto me llevó a ser enfermizamente autoexigente, le tengo poca tolerancia al fracaso y aprendí a ser igual de estricta con los que me rodean. No lo puedo evitar. Bueno, no es para menos cuando tu papá es carabinero y tu mamá proviene de familia alemana.

Cuando llegué a la adolescencia comenzó el proceso de cambio, la lucha contra mis padres y búsqueda del yo. Según ellos me puse rebelde, “oscura”. Miro hacia atrás y creo que fue un proceso completamente necesario y sano. A los 14 años, cuando te cuestionas mil cosas y otras más suceden a tu alrededor, te debes liberar de alguna forma. Más allá de un alboroto injustificado, pienso que fue una forma de decirles que ya no temía y que opinaba de forma diferente. Me vestí de negro, escuché metal, me junté con tipos de pelo largo y tatuajes, fui a fiestas con amigos que NO eran del colegio, me teñí el pelo negro, escribí poesía grotesca, leí relatos de Arthur Rimbaud, usaba bototos y odiaba el sol (eso aún lo hago). Fue una etapa en la cual me encontré, volví fuerte, hice escuchar mi voz.

Los años pasan y creo estar hoy en un equilibrio. Mis acciones y pensamientos se pasean entre estos dos lados de mí, sólo que a veces extraño mi infancia. Una vez, un personaje me puso un apodo: “gazapo rabioso”. Son las crías de los conejos, el adjetivo es algo obvio.


“Sueños que se confunden con la realidad, o viceversa. Hoy recordé juegos infantiles que permanecían escondidos. ¿Será la tímida luz del invierno? Nostalgia en mis manos.
¿Por qué temo? Descubrí que el miedo crece con los años. ¿Será por que la muerte está cada vez más cerca? Y a pesar que todo se veía más grande, saltaba desde el abismo intentando volar. Que graciosas las expresiones de aquellos que no notaban mi pequeña presencia. Las fantasías cubrían la realidad con un velo cálido, con una sutil luz. Quiero volver a esconderme en mi caja de cartón, esa que botó mi madre unas semanas después. Recostarme en mi cama y dejar colgando mi cabeza hasta sentirla hinchada de sangre. Comprar discos de vinilo y porotitos de dulce multicolor. Atrapar un pájaro que me picotee los dedos, alimentarlo y dejarlo ir. Retar a mis vecinos cuando se suban al árbol frente a mi ventana. Quiero mi “matacucos” amarillo y las calcomanías de ángeles que pegaba en mis muebles.”

sábado, 22 de septiembre de 2007

Septiembre

Llega Septiembre y todo parece vivir un estado de catarsis. Esplendor y pasarlo de lo lindo, eso significa para mi este mes. La semanita de vacaciones se convierte en un carrete indefinido. Porque de repente deberíamos pensar en cambiar nuestros estandartes, y acompañar a la Bandera con una gran mesa llena de nuestras delicias típicas.

En septiembre reaparecen personajes y uno se puede dar los gustos que durante el invierno suelen desaparecer. De esta forma vemos nuevamente al maestro del cuchufli barquillo, el cabro chico comiendo helado, la tía de los churros con azúcar flor y nos seduce el olor a caramelo de la máquina de algodones. La gente despierta de su temporada de hibernación y sale a las calles, se toma una chelita, comparte con sus compadres y la comadrita.

Septiembre copete, comida y bailoteo. Los hombres se deleitan al ver más piel, huele a verano. La cueca pasa a segundo plano y para qué decir la sagrada Parada Militar que tiene menos rating que Mekano en su último mes de transmisiones.

Pille una buena mesa, arremánguese las mangas de la camisa y póngase un buen babero.
¡Bienvenidos al banquete!